lunes, 23 de octubre de 2017

NOS TOMAN POR IDIOTAS

Imagen de malagaldia.es

Resulta sorprendente que en Málaga, donde los conflictos entre Junta y Ayuntamiento tienen paralizados buena parte de los grandes proyectos urbanos, ambas administraciones se compinchen para perpetrar un proyecto especulativo, irreversible e insostenible como el del rascacielos en pleno puerto de la ciudad.

Aunque para ello haya que retorcer la ley, “agilizar trámites burocráticos”, ignorar la viabilidad a medio/largo plazo del proyecto o “taparse los ojos” ante el tremendo impacto visual sobre la imagen más emblemática de Málaga.

Conviene recordar que para que este mastodóntico edificio encaje en la legalidad en la ubicación elegida, hay que: desafectar el suelo del dominio público, aprobar expresamente una nueva Delimitación de Espacios y Usos Portuarios, modificar el PGOU, el Plan Especial del Puerto y autorizarlo excepcionalmente el gobierno.

Plantear la necesidad de eliminar “burocracia”, como reclamaba el representante de Ciudadanos en la comisión de urbanismo pidiendo “alfombra roja para el proyecto”, es un engaño. No se trata de burocracia, sino de cumplimiento de los requisitos legales para garantizar unos bienes jurídicos dignos de protección (el interés público en el uso del dominio público, el paisaje, el medio ambiente, la movilidad, la seguridad en situaciones de emergencia, etc). Es más, en países como Bangla Desh, Sudán del Sur o Uzbekistán, donde estos bienes tienen mucha menos protección, existe menos “burocracia” para un proyecto como éste. Dudo que nadie los considere como ejemplos en este aspecto. Sin embargo, en Francia, Alemania o Países Bajos, las garantías y requisitos exigidos son aún mayores.  

Pero el colmo de la desfachatez ha venido del Delegado de Medio Ambiente de la Junta, quien afirmó que el impacto paisajístico depende del enclave donde quien observa se coloque y es solventable meramente mediante un cambio de ubicación de quien lo mira”. Es decir, para evitar el impacto visual basta con no mirarlo o irnos de Málaga.


Lo dicho, nos toman por idiotas.

(*) Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 23/10/2017

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