martes, 27 de mayo de 2014

POR UNA NUEVA CONVOCATORIA PARA UNA NUEVA MAYORÍA SOCIAL



El resultado de las elecciones europeas en Málaga, en Andalucía y en toda España, suponen el comienzo del fin del bipartidismo en toda España y el comienzo de un nuevo tiempo y escenario políticos. PP y PSOE, pierden 5,5 millones de votos en España, acumulan en los últimos 5 años una caída del 31% de los votos, y juntos no llegan al 50% de los votos. En los próximos meses y próximos comicios (municipales, generales y autonómicos) podrá confirmarse si esta crisis del bipartidismo es coyuntural o es el inicio de un nuevo tiempo político.

En Málaga ciudad, PP y PSOE pasan de sumar el 87% de los votos en las europeas de 2009, a llegar apenas al 50%. IZQUIERDA UNIDA, con un 12,41 % sigue el auge iniciado en las europeas 2009, triplicando los votos de entonces, y mejorando los porcentajes de las últimas municipales, generales y autonómicas. Con este porcentaje estaríamos casi en 5 concejales en las próximas municipales, UPyD obtendría 4, Podemos 3, y el Partido Popular sólo 9 ó 10. Tras casi 20 años de gobierno popular se evidencia un cambio de ciclo y un desgaste personal añadido del alcalde Francisco de la Torre que obtiene peores resultados en Málaga que los que obtiene el PP en otras capitales. Las últimas campañas locales y el trabajo de oposición le están haciendo mella, y nos sitúan ante la posibilidad de presentar una alternativa de gobierno en las próximas municipales, si somos capaces de aglutinar al conjunto de colectivos y gente críticas con el sistema.

La irrupción de Podemos en el escenario político nacional, autonómico y local, debemos de valorarla muy positivamente y con esperanza. Porque esta irrupción se produce no a costa, sino además, de nuestro avance electoral. Porque compartimos en lo sustancial, los mismos análisis y propuestas. Porque formaremos parte del mismo grupo en el Parlamento Europeo, y apoyaremos a Alexis Tsipras, líder de la Syriza griega, como candidato a Presidente de la Comisión. Y, sobre todo, porque juntos, y con la suma de otras fuerzas políticas críticas con las políticas neoliberales, podemos sumar para construir la Alternativa Democrática Social y Anticapitalista a este sistema cada vez más antidemocrático e injusto: La irrupción de Podemos no es un problema sino una oportunidad.

Sin embargo, la irrupción en el escenario político de una nueva fuerza de izquierdas, y con un discurso muy similar al nuestro, ha sumido a parte de nuestra militancia y dirigencia en cierta consternación. A este respecto quisiera realizar varias reflexiones:

1ª.- La primera es que esta “consternación” no es compartida por la inmensa mayoría de nuestro electorado, que percibe el resultado electoral como un éxito rotundo de Izquierda Unida, y no ve problemático ni negativo el surgimiento de Podemos. Debemos analizar la realidad desprendiéndonos de visiones interiorizadas o mediatizadas por el sesgo partidista.

2ª.- La inmensa mayoría del electorado de IU simpatiza con Podemos, y gran parte del electorado de esta nueva fuerza también lo hace con IU. Y ambas fuerzas políticas defienden la necesidad de construir una nueva mayoría social que haga posible la Alternativa Democrática, Social y Anticapitalista a las políticas neoliberales.

3ª.- En el momento histórico en que vivimos actualmente, se vienen acentuando sin remisión dos inercias imparables:

-       Por un lado, la confluencia de los dos principales instrumentos políticos del sistema (PP y PSOE) hacia la “Gran Coalición”. Esta opción, vigente hoy en el gobierno de Alemania, que se aventura para las instituciones europeas, y que defiende Felipe González entre otros, es la que los grandes poderes económicos de la Banca y el IBEX35 quieren imponer también en España.

-       Por otro lado, como consecuencia de las políticas neoliberales de los gobiernos del PSOE y del PP en los últimos años, y que tanto sufrimiento está ocasionando a la gente, se hace imprescindible la construcción de una nueva Mayoría Social que haga posible la Alternativa Democrática, Social, Anticapitalista y Feminista a este sistema cada vez más injusto y menos democrático.

4ª.- La construcción de esa nueva Mayoría Social en España no es posible sin contar con Izquierda Unida, pero tampoco será posible sin la convergencia con el conjunto de fuerzas políticas y sociales, y gentes, críticas con este sistema y con las políticas neoliberales que perjudican a la mayoría de la población. En este sentido la pluralidad, que necesariamente implica diferencias, no puede verse como un problema sino como una riqueza, es más, como una necesidad. No es coherente "llenarnos la boca" elogiando la experiencia de Syriza, y practicar lo contrario por miedo, estrechez de miras o simple sectarismo.

5ª.- Nuestras diferencias con Podemos, nuestra crítica al personalismo y egolatría de su campaña, a la influencia de los grandes medios en su éxito, a la inanidad de su programa, y otras críticas posibles, aun pudiendo ser discutibles o incluso ciertas en parte, no deben sobreponerse a lo principal. Y lo principal es la exigencia histórica de unidad para conseguir la nueva mayoría social capaz de iniciar el proceso constituyente hacia la Alternativa al sistema

Convocatoria por Andalucía y después la fundación de Izquierda Unida, sirvieron para construir un nuevo sujeto político, un movimiento político y social, que durante casi treinta años ha servido para articular la respuesta de izquierda a las políticas neoliberales, para gestionar con otra forma de hacer política en numerosos ayuntamientos, y para formular una alternativa de gobierno, de sociedad y de Estado. Todo ello, pese a las reticencias internas que hubo que vencer entonces, y a las enormes diferencias, mayores que ahora, con el resto de las fuerzas políticas fundacionales. Si entonces hubiésemos tenido las reticencias a la convergencia que hoy expresan algun@s compañer@s, Izquierda Unida nunca hubiese existido.

Durante estos casi treinta años, las mujeres y hombres de Izquierda Unida somos quienes advertimos lo que se estaba engendrando en Maastricht. Somos quienes nos opusimos al Tratado de Lisboa, que consagraba las políticas neoliberales que estamos sufriendo. Somos quienes apoyamos todas las huelgas generales y movilizaciones contra los recortes de derechos sociales. Somos quienes formamos parte de las mareas contra el desmantelamiento de los servicios públicos.

El reto es seguir siendo quienes somos y, a la vez, sumar cada vez más organizaciones políticas y sociales, más colectivos y más gentes contra las políticas neoliberales, en esa nueva mayoría social.

Con este objetivo, es necesario poner en marcha una AUTOCONVOCATORIA a personas, colectivos sociales y fuerzas políticas que defienden una alternativa al sistema para constituir un nuevo sujeto político. Para ello es necesario, como hace treinta años, buenas dosis de humildad, generosidad y altura de miras histórica. El momento histórico, nuestro electorado, y el electorado del resto de fuerzas críticas y alternativas que abogan por la transformación social, es lo que esperan de nosotr@s.


domingo, 4 de mayo de 2014

Las políticas locales en la revolución democrática y proceso constituyente



El acto público convocado por Izquierda Unida en Málaga el pasado viernes 2 de mayo de 2014, denominado “Revolución Democrática y Proceso Constituyente”, se incardina en la "campaña de radicalidad democrática" impulsada en el seno de Izquierda Unida, originada en un documento propuesta de Alberto Garzón, y abierto al debate de la militancia pero también de toda la ciudadanía. A continuación reproduzco el contenido de mi intervención en el mismo:

IZQUIERDA UNIDA ha abierto un debate sobre la necesidad de una revolución política, de radicalidad democrática en las reglas del juego político, y una revolución económica, de alternativas sociales a la estrategia neoliberal de ajuste económico.

Es un debate con un objetivo que trasciende lo electoral. El objetivo es articular una mayoría social que impulse la alternativa social y democrática a las políticas neoliberales que están empeorando las condiciones de vida y aumentando el sufrimiento de la mayoría de la gente. No nos conformamos con alcanzar el 15% de los votos, porque no es suficiente para cambiar la correlación de fuerzas. Debemos ser capaces de coordinar distintas luchas para sumar gente de los movimientos sociales, de las organizaciones sindicales, de colectivos, para articular una mayoría social.

Considero que para articular esa mayoría social que pueda impulsar la alternativa social y democrática a las políticas neoliberales, es necesario implicarse en las políticas locales, disputar el espacio local a la hegemonía actual de los defensores de las políticas neoliberales. También en el terreno local está también en juego la revolución económica y política.

En primer lugar, porque en lo local se concretan muchas luchas globales. La defensa la una educación pública de calidad, por un sistema sanitario público universal y gratuito, o de unos servicios sociales solidarios y eficaces, pasan también por la defensa de una ordenación urbanística que reserve suelo para suficientes equipamientos públicos, por la defensa de la construcción de estos equipamientos en nuestro ámbito más cercano, nuestro municipio o nuestro distrito. También la batalla ideológica se dirime en buena parte en estas luchas locales.

En este sentido, las políticas locales determinan muchos aspectos concretos de las condiciones de vida de la gente. Y no me refiero a cuestiones como la limpieza, el acerado, o el tráfico, que están entre las más demandadas por la ciudadanía a sus gobernantes locales. En contra de lo que se ha proclamado desde la ideología dominante, y asumido por una buena parte de la clase trabajadora, la gestión municipal no es neutral, no “se trata de elegir a los mejores gestores da igual que sean de derechas o de izquierdas”. La gestión municipal tiene un componente de clase muy acusado. Se pueden destinar los recursos públicos, hoy muy limitados, a políticas en favor de la mayoría de la gente o en favor de las clases más favorecidas o de los poderes económicos dominantes

-   Por ejemplo, destinar el suelo y equipamientos públicos, propiedad de todos los ciudadanos, para favorecer intereses privados de muy pocos, es una política local de marcado carácter clasista, y muy frecuente. Aquí en  Málaga, por ejemplo: los terrenos Repsol propiedad de la ciudad tras el desmantelamiento de los depósitos que allí existían, el gobierno municipal del PP acordó destinarlos a intereses especulativos, primero de la una promotora, luego de una entidad bancaria, y finalmente del SAREB, para entendernos el banco malo, en lugar al gran parque que reivindicaban las AAVV y prometían los programas electorales. Y ello a pesar de encontrarse entre los dos distritos más poblados de la ciudad y junto a algunos de los barrios más densamente poblados de Europa. Otro ejemplo, el gobierno municipal del PP acordó ceder los terrenos públicos de las antiguas cocheras de El Palo a una sociedad privada participada por la ACB para unas instalaciones deportivas privadas de alto standing, y precios, que no podrán disfrutar la mayoría de los vecinos del distrito. Esto supone expropiar a las clases populares para favorecer a las clases acomodadas que tendrán acceso a unas instalaciones y servicios a un precio inferior que si ese centro deportivo no hubiese obtenido el suelo municipal gratis. O en otro caso, como el del edificio de la antigua fábrica de Tabacalera, se destinan cuantiosos recursos públicos (más de 30 millones de euros) a rehabilitar unas instalaciones para luego cederlas a una multinacional del negocio de los videojuegos.

En todos estos casos las decisiones políticas tomadas desde el ayuntamiento no son neutrales, están destinadas a favorecer intereses de los poderes económicos, o de las clases más favorecidas, en detrimento de los intereses de la mayoría de la gente. Es evidente que esos recursos (suelo, equipamientos o dinero) destinados a políticas sociales, planes de empleo, servicios sociales o incluso a zonas verdes, contribuirían a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la gente, especialmente las más desfavorecidas. 

-    Del mismo modo la privatización de servicios públicos esenciales, como el agua o la limpieza, también se deciden en el ámbito municipal, y en ambos casos suponen un servicio más deficiente y mucho más caro para los ciudadanos y para las arcas públicas municipales (en el caso del agua mucho más grave al tratarse de un recurso esencial, básico y limitado). En ambos casos los grandes beneficiados de estas políticas municipales son grandes constructoras  y sociedades participadas por los grandes bancos.

-      También en la Fiscalidad y tarifas municipales se dirimen intereses de clase enfrentados. Se puede establecer un IBI que grave más las viviendas suntuarias y grandes edificios comerciales (hasta un 10% más en el límite que permite la ley), que penalice las viviendas y solares vacíos, también al límite que permite la ley, que grave los bienes de la Iglesia no excluidos por los Acuerdos de 1979. O se puede hacer todo lo contrario, como sucede en Málaga, y acortar al máximo las diferencias de fiscalidad entre las viviendas de las rentas más altas y las medias y bajas, al tiempo que exprimir a la mayoría de la gente por no gravar más a los más favorecidos. Con el agua sucede lo mismo, como recientemente hemos visto en Málaga. Se puede gravar más a los grandes derrochadores domésticos e industriales, u optar como ha hecho nuestro alcalde por gravar más al 70% de los hogares.

Pero además, en las luchas de ámbito local se tejen muchas alianzas que son necesarias para la construcción de esa mayoría social a la que aspiramos para articular la alternativa social y democrática a las políticas neoliberales:

-    Defensa de espacios y equipamientos públicos para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía frente al afán depredador de los poderes económicos favorecidos por las políticas neoliberales, la defensa del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico contra los intereses especulativos de esos mismos poderes económicos, o la defensa de los servicios públicos municipales frente al afán privatizador de los poderes económicos, incluso la lucha contra la tarifa injusta del agua, genera alianzas con colectivos y personas a los que no llegamos quizás en campañas más generales: asociaciones y plataformas vecinales, colectivos de defensa del patrimonio histórico y cultural, etc. El caso de El Gamonal es paradigmático de cómo una reclamación vecinal, en un asunto de competencia municipal, puede generar una movilización mayoritaria de un barrio contra intereses especulativos que resultó victoriosa. Una lucha local que contribuye a sumar y construir mayoría social.

De otro lado, también en la política local resulta hoy evidente la necesidad de unas políticas alternativas de radicalidad democrática. Las políticas municipales adolecen de los mismos elementos antidemocráticos que han provocado el actual desencanto de gran parte de la ciudadanía con la política:

-      La falta de transparencia en la toma de las decisiones a las que hacía alusión anteriormente, que se han negociado siempre secretamente con los distintos grupos económicos beneficiados.

-      El recorte de libertades en las ordenanzas locales se suma al perpetrado por el gobierno del PP en nuestra legislación general. Las ordenanzas de convivencia aprobadas en Málaga por el PP gravan el derecho de reunión y manifestación, así como la actividad social y lúdica en la calle de los colectivos ciudadanos, a excepción cabalgata, ferias y procesiones, y actividades que organice o colabore el Ayuntamiento. Con lo que ello puede suponer de arbitrariedad y clientelismo a la hora de decidir en que y con quién se colabora.

-      El recorte de la participación ciudadana por el gobierno municipal del PP, hasta dejarla en algo puramente testimonial y aparente, como lo demuestran el desmantelamiento de los presupuestos participativos o el vaciamiento y funcionamiento puramente testimonial de los órganos de participación por distritos.

-      Las redes de corrupción general tiene raíces y conexiones locales. En Málaga, como en otras ciudades gobernadas por el PP, los grandes contratos públicos municipales fueron adjudicados a empresas que aparecen citadas en los papeles de Bárcenas.

-       En el ámbito local, además, las redes de clientelismo y corruptelas que se generan abarcan a muchas personas, activistas y colectivos de distinto carácter de los barrios y clases populares. Hasta el punto de poder afirmarse que el clientelismo y la corrupción son no sólo notas características muy extendidas de las políticas municipales de nuestros días, sino instrumentos para conseguir y perpetuar la hegemonía política por los poderes dominantes.  
  
Frente al discurso interesado en desprestigiar de forma general la política, en IU consideramos que la política y la democracia no son el problema, sino la solución. Necesitamos más democracia y más participación efectiva de la gente en la política, más poder a la gente. También y especialmente en la política local. Y es posible empezar a hacerlo desde abajo, desde local. No es causalidad que los presupuestos participativos (Porto Alegre) y otras iniciativas de radicalidad democrática tuvieran su origen en experiencias locales de participación y poder popular, sobre todo en América Latina..

Algunas de las propuestas radicalmente democráticas que podrían empezar a ponerse en práctica en el ámbito municipal:

-       Rendición permanente de cuentas por concejales y alcalde. Esto es algo que en IU de Málaga ciudad ya venimos experimentando con las asambleas abiertas por distritos “el ayuntamiento a la calle”, algo que debe y puede hacerse también desde el gobierno municipal si lo alcanzamos.

-    Remuneración justa de cargos públicos y cargos directivos. Este tema es, desde hace tiempo uno de los principales caballos de batalla de IU en el ayuntamiento de Málaga, denunciando la política de derroche y descontrol del alcalde De la Torre en este tema (decenas de altos cargos de libre designación sin funciones que los justifiquen, salarios superiores en muchos casos al del propio alcalde y algunos por encima de los 100.000 euros anuales, y sobresueldos ilegales a altos cargos de algunas empresas municipales). Sin embargo, al alcalde sólo recorta a la plantilla y a la oposición, mientras aumenta los impuestos y tarifas municipales a la mayoría de la gente. Nuestra propuesta y compromiso pasa por establecer unos criterios homogéneos para cargos políticos electos y de libre designación, que en ningún caso podrán tener remuneraciones superiores a las del funcionario de mayor rango, y la eliminación de complementos no justificables.

-  Referendos e iniciativas legislativas populares. Proponemos que puedan realizarse referendos para los grandes temas del municipio, e iniciativas populares municipales realmente realizables, es decir con unos requisitos asequibles y no imposibles.

-  Transparencia en las finanzas públicas, con presupuestos participativos, decisorios y autorregulados, y publicados en formato operativo.

-      Participación ciudadana en la gestión de los bienes y servicios públicos, con representación efectiva de agentes sociales en los órganos de gestión de empresas y organismos autónomos municipales, así como en la gestión de equipamientos municipales, culturales, deportivos y otros.

-       Información imparcial por los medios de comunicación locales.

En definitiva, no es nada nuevo, se trata de poner en práctica el ya viejo y conocido axioma “piensa globalmente, actúa localmente”.

Como conclusiones destacaría que:

-   La rebelión democrática y social empieza por lo local, es imprescindible la implicación en la política local de las organizaciones políticas, sociales y sindicales alternativas a este sistema.

-     La construcción de la mayoría social requiere de las alianzas que se generan también en la participación en las luchas locales.

-     La batalla ideológica se dirime también en las luchas y debates locales.

-   El Proceso Constituyente que desemboque en una democracia republicana en el Estado Español, con nuevas reglas y nuevas instituciones para una sociedad más democrática y participativa empieza por lo local.

Valga aunque sea como anécdota histórica, y sin intención de establecer ningún paralelismo ni predicción, recordar que la proclamación de la II República Española vino de la mano de unas elecciones municipales.

También ahora es necesario comenzar esta Revolución Democrática y Social desde local.